El Archivo Fotográfico Manuel Toussaint en línea: entre el Arte y la historia

Ricardo Alvarado Tapia, Sandra Arzate González,
María Gorethy Camacho Campos, María de Jesús Chávez Callejas,
Maricela González Cruz Manjarrez, Rocío Gamiño Ochoa,
Cecilia Gutiérrez Arriola, Emma Paulina Mendoza Merino,
Columba Sánchez Jiménez, Esther Tovar Estrada,
Gerardo Vázquez Miranda

 

La historia de la fundación del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint (AFMT) es ampliamente conocida. [*] En general, se ha documentado que su creación ocurrió prácticamente al mismo tiempo que la fundación del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). A propósito de la publicación del Catálogo del AFMT, resulta necesario refrescar nuestra memoria sobre sus orígenes y los alcances que ha tenido a lo largo de estas décadas.

Desde los primeros años, las fotografías que ingresaban al archivo respondían a la visión de Manuel Toussaint sobre la construcción de la historia del arte de México. Toussaint consideraba que la imagen fotográfica era "más sugestiva que todo un volumen de literatura" (Toussaint, 1937), lo que subraya la centralidad de la imagen como herramienta para la investigación histórica y artística.

Pocos meses después de la fundación del archivo, el 15 de abril de 1936, Toussaint presentó un documento titulado "Proyecto para impulsar el Laboratorio de Arte", dirigido al rector Fernando Ocaranza. En este proyecto, destacó dos puntos clave. En primer lugar, la importancia de formar un archivo fotográfico con la colaboración de los miembros del laboratorio y de profesores de la universidad, quienes se comprometieron a donar o prestar sus propias fotografías, transparencias y negativos en blanco y negro. Éste fue el inicio del acervo fotográfico del AFMT, que se vio enriquecido por las donaciones de figuras como el restaurador e historiador Abelardo Carrillo y Gariel, el investigador Salvador Toscano, el historiador Francisco de la Maza, entre otros.

En segundo lugar, Toussaint propuso la creación de los "Ficheros de Obras de Arte", un sistema que consistiría en generar dos tarjetas para cada fotografía: una por objeto y otra por lugar. Asimismo, se incluirían tarjetas para aquellos objetos o monumentos de arte de los cuales no se pudiera obtener una imagen. Este sistema tenía como objetivo facilitar la consulta del archivo fotográfico y agilizar el trabajo de los investigadores.

Hacia septiembre de 1944, la doctora Clementina Díaz de Ovando, quien había ingresado al Instituto en 1938, reportó que, además de sus actividades de investigación, estaba a cargo de la clasificación y catalogación de las diapositivas del instituto. En su informe, la doctora Díaz de Ovando destacó que su labor no sólo consistía en organizar las diapositivas, sino también en montarlas, lo que requería una considerable dedicación de tiempo. Este informe marca el inicio formal de la clasificación del material fotográfico del archivo.

 

Un cambio significativo

En 1953, el archivo fotográfico experimentó un cambio relevante. El 1 de abril de ese año, la doctora Elisa Vargaslugo se incorporó al instituto como investigadora a tiempo parcial. Días después, el 6 de abril, Manuel Toussaint solicitó la creación de dos plazas de investigador: una para el área de arte prehispánico, en sustitución de Salvador Toscano, tras su fallecimiento en 1949, y otra para completar las series de diapositivas del archivo. Para esta última plaza se propuso a la doctora Vargaslugo. Durante esos años, la doctora Vargaslugo, quien utilizaba una cámara Leica, se encargó de tomar imágenes para los artículos de los investigadores. Gracias a su entusiasmo y visión, propuso un calendario de salidas fotográficas, además de realizar reprografías de libros y documentos necesarios para los proyectos de investigación. Estos métodos, con sus respectivas variantes, siguen vigentes hasta el día de hoy en el archivo.

En 1986, el archivo se trasladó a las nuevas instalaciones en la zona cultural de Ciudad Universitaria, dejando atrás la Torre II de Humanidades. Fue en este momento cuando la fototeca cambió su nombre a Archivo Fotográfico Manuel Toussaint.

 

La consolidación del archivo en los años noventa

A finales de la década de 1990, bajo la coordinación de Cecilia Gutiérrez, el archivo consolidó su rol como un acervo especializado en la conservación, catalogación y difusión de la imagen fotográfica. En este periodo se fortaleció su función, no sólo como apoyo académico sino también como un área clave para la organización y gestión de fondos, secciones y colecciones fotográficas generadas por las necesidades de investigación y docencia.

 

La transición digital y la normalización en la gestión del archivo fotográfico

Con la llegada del siglo XXI, el AFMT dio un paso significativo hacia la modernización al iniciar su transición digital. Entre las principales mejoras está haber adquirido un escáner Heidelberg Topaz para la digitalización de materiales fotográficos, lo que permitió establecer nuevos parámetros y metas para garantizar una alta calidad en este proceso. Esta iniciativa estuvo acompañada por la creación de una bóveda climatizada, un espacio crucial para la conservación a largo plazo, lograda gracias al apoyo de las autoridades y al trabajo previo de los coordinadores Eumelia Hernández y Pedro Ángeles.

Desde hace más de quince años, la dinámica del AFMT ha estado en constante evolución. En cada ciclo, las coordinadoras y los coordinadores en turno han trabajado para fortalecer y actualizar el legado heredado. Hoy en día, el archivo fotográfico no solo funciona como un área de apoyo para los académicos del instituto y de la UNAM, sino que su labor se extiende a la configuración y organización de fondos, secciones y colecciones, así como al registro fotográfico generado por las necesidades de investigación y docencia. Además de estas funciones, uno de nuestros principales compromisos es la visibilidad y difusión de las colecciones que custodiamos, un objetivo clave para la universidad en las últimas décadas.

Actualmente, el archivo alberga 134 fondos, secciones y colecciones que abarcan diversos formatos y épocas, desde finales del siglo XIX hasta el presente. Entre las colecciones que muy pronto estarán disponibles para consulta en línea, destacan las 81 albúminas tomadas entre 1858 y 1880, con el sello gofrado "Julio Michaud"; las fotografías de los murales de la Secretaría de Educación Pública tomadas por la fotógrafa Tina Modotti, entre otras obras; las imágenes de los murales de Diego Rivera en el edificio de la Secretaría de Educación Pública y en Chapingo, captadas por José María Lupercio; las fotografías de Juan Guzmán, que abarcan desde mediados de la década de 1940 hasta los años sesenta e incluyen reproducciones de obras de arte y retratos de artistas plásticos; el proyecto fotográfico "Templos de propiedad federal", realizado por el destacado Guillermo Kalho entre 1904 y 1908; la serie de fotografías de Saúl Molina sobre la construcción de la Ciudad Universitaria; y las panorámicas del mayor Vicente Cortés Sotelo, entre otras colecciones, algunas de las cuales se describen más adelante.

En 2011, la UNAM presentó el programa "Toda la UNAM en línea", con el compromiso de facilitar el acceso abierto al conocimiento, a los productos, acervos y servicios de la UNAM. Esta cultura digital en línea ha permitido acercarnos a los usuarios por medio de diferentes plataformas sociales, con el objetivo de convertirlos en público potencial. En el AFMT, cuyo propósito es fortalecer el conocimiento histórico, estético y artístico para contribuir a la cultura humanística, hemos trabajado durante años en la difusión de nuestro archivo mediante el uso de recursos y tecnologías de código abierto.

Este cambio ha transformado la manera en que concebimos las fotografías resguardadas en el archivo. Así, desde hace ocho años hemos implementado un nuevo sistema llamado Collective Access, un software que ya viene preconfigurado con varios estándares, entre ellos Dublin Core y VRA Core. Estos estándares se someten a un análisis que permite adaptar su representación a las necesidades actuales de la comunidad que utiliza nuestro archivo.

La acumulación de descriptores que alimentan el sistema nos proporciona los elementos necesarios para la adaptación y creación de tesauros, listas de encabezamientos, catálogos de autoridades, entre otros recursos, lo que permite representar el universo documental del acervo como "microuniversos" categorizados que facilitan la consulta.

Por ello, nos interesa destacar de qué modo con los medios digitales podemos difundir nuestros proyectos documentales y lograr la participación de los usuarios para que se conviertan en públicos potenciales. En este proceso, buscamos aprender a multiplicar la participación con el objetivo de profundizar en el estudio de objetos que poseen un significado social y un peso cultural capaces de impactar en la sociedad.

 

Nuestros primeros fondos fotográficos en línea

Gracias al proyecto de investigación UNAM-PAPIIT IA400623: "Documentación, control terminológico y catalogación del patrimonio fotográfico del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint del Instituto de Investigaciones Estéticas" es que se logró la publicación de la primera etapa del catálogo del AFMT, como se explicó antes, en este momento solo se publicarán 15 colecciones. Estas son:

  1. Colección Julio Michaud (CMICH)
  2. Colección Antonio Cortés (CAC)
  3. Colección de Vistas Estereoscópicas Arturo Pani Arteaga (CAPA)
  4. Colección Artistas de Teatro y Stills Cinematográficos (CAT)
  5. Colección Grabado Europeo (CGE)
  6. Colección Guillermo Kahlo (CGK)
  7. Colección Juan Guzmán (CJG)
  8. Colección José María Lupercio (CJML)
  9. Colección Construcción de Ciudad Universitaria (CKH)
  10. Colección Manuel González Galván (CMGG) - Serie antigua en vidrio
  11. Colección Michel Zabé (CMZ)
  12. Colección Sillería de San Agustín (CSSA)
  13. Colección Tina Modotti (CTM)
  14. Fondo Proyecto Pintura Mural Prehispánica en México (LPMPEM)
  15. Colección Vicente Cortés Sotelo (CVCS)

Por último, desde el AFMT hemos asumido el compromiso de difundir nuestro valioso acervo fotográfico, por eso, paulatinamente seguiremos publicando el resto de los fondos y colecciones, realizando un trabajo meticuloso de revisión, catalogación y actualización de cada uno de los registros de éstos.

A continuación, se presentan detalles destacados de algunas de estas colecciones publicadas en enero de 2025, registros que reflejan la diversidad temática y temporal del archivo, así como su contribución al estudio y preservación del patrimonio cultural de México.

 

1. Colección Julio Michaud (CMICH)

El conjunto de 81 imágenes fotográficas, impresas en papel albuminado y con el nombre de Julio Michaud gofrado en la cartulina que las porta, es sin duda la serie más antigua y de mayor importancia del siglo XIX que resguarda el AFMT.

La temática de esta colección, aunque variada, conforma un conjunto homogéneo integrado por cuatro grandes temas: vistas de ciudades, monumentos arquitectónicos y escultóricos, vistas ferrocarrileras y paisajes. Destacan en primer lugar 33 fotografías sobre la Ciudad de México y sus alrededores —entre ellas, las vistas de la ciudad hacia los cuatro puntos cardinales—, seguidas de panorámicas de diversas poblaciones (Puebla, Veracruz, Jalapa, Orizaba, Guadalajara y Mazatlán); además de las 25 imágenes de temática ferrocarrilera (puentes, viaductos y estaciones ferroviarias); y, finalmente, 3 apacibles vistas consideradas como paisajes: el Popocatépetl, el Salto de Sispacoalco y el Chiquihuite, que bien podrían ser de las primeras representaciones de este género en la fotografía mexicana.

El estudio de esta colección permite identificar tanto la autoría de las imágenes como su fechamiento. Destaca la fotografía número 13, titulada Capilla protestante en San Francisco, que en realidad corresponde a la portada barroca estípite de la Capilla de la Virgen de Balvanera, en la iglesia de San Francisco de la Ciudad de México. Esta imagen fue tomada por el fotógrafo francés Désiré Charnay durante su primer viaje a México (1858-1859) y publicada, junto con 24 imágenes de la ciudad, en el Álbum fotográfico mexicano (1860), editado por la empresa Michaud e Hijo con comentarios del historiador Manuel Orozco y Berra. Se trata, por tanto, de la fotografía más antigua de la colección. Además, incluye un conjunto de fotografías identificadas como obra de Alfred Saint-Ange Briquet, principalmente imágenes ferrocarrileras, ya que este fotógrafo francés vino a México contratado con ese fin. A ello se suman algunas vistas de la Ciudad de México, como las primeras cuatro de la colección.

Cabe resaltar la albúmina número 33, titulada Panteón Francés en la Piedad, que muestra un intrigante mausoleo fotografiado, sin duda, por su significado. Al revisitar esta tumba se lee: "A la Mémorie des victimes glorieuses de l'incendie du 4 mai 1865. Pierre Auguste Schlengker. Jean Franc. Tourre. F.M. de la Brousse". Esta imagen podría atribuirse, de no ser a Charnay, al propio Michaud, y su fechamiento coincide con la construcción del mausoleo, poco después del trágico acontecimiento que debió conmover a la colonia francesa radicada en México.

La fecha más tardía de la serie se sitúa en la década de 1870, detectada en la fotografía número 25, México Exposición Nacional de 1874. Este evento comercial, celebrado en la Plaza de la Constitución, contó con una edificación efímera de madera con un centro hexagonal y seis pabellones radiales, techados con tejamanil. La vista, captada desde lo alto del edificio del Montepío, muestra al fondo la fachada del Palacio Nacional.

El autor de la edición de esta colección es sin duda Julio Michaud. La autoría fotográfica es compartida entre Charnay, Briquet y el propio Michaud, mientras no se demuestre lo contrario. El papel fundamental de Michaud fue editar, comercializar y difundir estas fotografías, que inicialmente formaron parte del trabajo de edición de álbumes. En 1858, José Julio Michaud editó el Álbum fotográfico mexicano con imágenes captadas por Charnay, convirtiéndose en el primero de su tipo en México. Este hecho es significativo en la historia de la fotografía en el país y situó a los Michaud, padre e hijo, en un lugar importante en ella.

El francés José Julio Michaud (1807, París-¿? ¿París?), establecido en la Ciudad de México hacia 1837 con un negocio de productos importados para artistas, también se desempeñó como hábil litógrafo, editando estampas para venderlas por entregas, lo que le otorgó gran reconocimiento. Esta actividad pudo haber encaminado su relación con la fotografía y, ya consolidado el proyecto como "Michaud e Hijo" junto con Julio Alfredo Michaud (1832, París-1900, México), conocido como Michaud hijo, se dio el paso definitivo al ámbito fotográfico.

La Colección Fotográfica Julio Michaud se resguarda en la bóveda del AFMT. Se le asignó la clave C (del genérico "Colección") y las primeras letras del apellido Michaud, seguidas por el número consecutivo del 1 al 81. Fue catalogada en la plataforma Collective Access, acorde con la norma VRA Core 4.0 y las Reglas de catalogación de objetos culturales, y cuenta además con su correspondiente ficha ISAD-G.

Actualmente, ya forma parte del acervo del patrimonio artístico universitario. Cada una de las piezas recibió un número de inventario otorgado por la Dirección General del Patrimonio Universitario, registradas consecutivamente del 08-719900 al 08-719980 (fig. 1).

1. México. Plaza de San Fernando, 1869, editor Julio Michaud. Colección Julio Michaud.

 

2. Colección Antonio Cortés (CAC)

Antonio Cortés Vázquez ha sido un fotógrafo ignorado o desconocido por la historia de la fotografía en México, a pesar de haberse distinguido por su trabajo sobre arquitectura virreinal. Tampoco ha recibido el reconocimiento que merece en la historiografía del arte de ese periodo. Sus apuntes y fotografías de monumentos religiosos, registrados tanto en sus exteriores como en detalles interiores, constituyeron su dedicación, tal como se constata en las tres publicaciones de su autoría, editadas por el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía en 1924, 1932 y 1933, respectivamente.

De espíritu sensible, Cortés se formó como pintor en la Academia de San Carlos de México, donde fue alumno de ilustres maestros como Santiago Rebull, J. Salomé Pina y José María Velasco. Además, estudió ingeniería en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Su interés por la fotografía se concretó al ser contratado, en 1907, por el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, institución que contaba con un gran equipo profesional. Ahí trabajó toda su vida, dedicándose a estudiar y fotografiar monumentos, a escribir sobre ellos y a publicar libros ilustrados con dichas imágenes, enriquecidas con delicadas viñetas y dibujos de su autoría, así como de Félix Parra y Adrián de Unzueta. Su motivación para fotografiar y registrar el arte del virreinato se fundamentaba en la idea de preservar en imagen el patrimonio que se estaba perdiendo, defendiendo así estos tesoros con sus fotografías.

Entre sus publicaciones destacan, en primer lugar, el Álbum. Arquitectura en México, con notas de Genaro García, que presenta 44 fotografías dedicadas a la iglesia, el convento y la Capilla del Rosario, en la ciudad de Oaxaca. Le siguió La Arquitectura en México. Iglesias, con introducción y notas descriptivas de Federico Mariscal, que reúne 46 fotografías y viñetas dedicadas a ocho monumentos: el Santuario de Ocotlán (Tlaxcala), y las iglesias y conventos de Santa Rosa de Viterbo, Santa Clara y San Agustín en Querétaro; la iglesia y convento de El Carmen en San Ángel y la iglesia de La Enseñanza en la Ciudad de México; así como las iglesias de El Carmen y San Francisco en Celaya, Guanajuato. Posteriormente, publicó quizá su obra más importante: Valenciana. Guanajuato, una monografía sobre la iglesia de San Cayetano, su arquitectura, el entorno minero y las artes decorativas, ilustrada con fotografías, viñetas y planos arquitectónicos del propio Cortés.

Cabe agregar que participó en la investigación emprendida por Manuel Gamio en 1922 sobre La población del Valle de Teotihuacan, en particular en el estudio, publicación y registro fotográfico de la iglesia y convento de San Agustín Acolman, texto que se publicó como una pequeña monografía en 1925.

Hoy, el AFMT tiene la fortuna de compartir un conjunto de 60 fotografías realizadas por Antonio Cortés, adquirido a finales de 2023. En este acervo se incluyen imágenes de San Agustín Acolman, cuando se encontraba anegado y en ruinas; una serie sobre el convento de San Gabriel Cholula y la Capilla de San José de los Naturales, con sus múltiples naves y cúpulas; así como fotografías de Tlaxcala, mostrando su iglesia franciscana, el alfarje, la capilla de la Orden Tercera con sus retablos; y de Acámbaro, con reveladoras imágenes de la desaparecida barda atrial y sus arcos de ingreso, además de una interesante fuente labrada con escenas taurinas.

Tras revisar, identificar e investigar las publicaciones donde Cortés dio a conocer sus fotografías, podemos asegurar que la serie adquirida por el IIE es de su autoría. La colección, compuesta por 60 fotografías en blanco y negro, puede fecharse entre 1907 y 1933, y guarda relación con las imágenes ya publicadas en sus obras.

Finalmente, cabe señalar que Cortés también participó con algunas fotografías en el libro La ciudad de Oaxaca (1933), de Rafael García Granados y Luis McGregor, junto con destacados fotógrafos como Luis Márquez Romay, Enrique Cervantes y Guillermo Kahlo.

A esta pequeña colección se sumarán diez fotografías más de Cortés, propiedad del AFMT, que probablemente fueron adquiridas por don Manuel Toussaint, ya que algunas de ellas se publicaron en su clásico Arte colonial en México (1948) (fig. 2).

2. Iglesia San Agustín, Acolman, México, fotógrafo Antonio cortés, 1924. Colección Antonio Cortés.

 

3. Colección de Vistas Estereoscópicas Arturo Pani Arteaga (CAPA)

El 11 de abril de 2012, el IIE recibió la donación de una valiosa colección de vistas estereoscópicas perteneciente a Arturo Pani Arteaga. Según el acta de entrega-recepción, la doctora Louise Noelle Gras Gas, investigadora del Instituto, en representación del licenciado Enrique Pani Linaae y la señora Cathie Bano de Pani, formalizó la donación del "Taxiphote del Ing. Arturo Pani para su uso y resguardo en el AFMT".

La Colección de Vistas Estereoscópicas Arturo Pani Arteaga (CAPA) consta de un total de 3,506 placas de vidrio, tanto en color como en blanco y negro, con un formato de 45 x 107 mm. Junto con las fotografías, se entregó un visor estereoscópico Taxiphote (número de serie 13,093), de la marca Richard Frères, acompañado de su mueble clasificador original. Este visor fue fabricado bajo una patente S.G.D.G. (sin garantía del gobierno), un tipo de patente otorgada a Jules Richard (1848-1930) en Francia antes de 1968, sin un examen previo de la invención.

Además de las vistas estereoscópicas y el visor, la donación incluyó materiales complementarios como el manual de las cámaras Vérascope Richard (Instruction pour l'emploi du Vérascope Richard, París, Imp. Lahure, 1913, 47 pp.), el catálogo de productos Richard (Vérascope, Taxiphote, Glyphoscope [Catálogo], París, Imp. Lahure, mayo de 1913, 72 pp.), y una carpeta titulada Colección de vistas estereoscópicas. Arturo Pani.

El ingeniero Arturo Pani Arteaga nació en la ciudad de Aguascalientes en 1879. Contrajo matrimonio con Dolores Darqui, hija del prominente empresario minero Manuel Darqui, y en 1911 tuvo a su cuarto hijo, Mario Pani, quien se destacaría como arquitecto. Entre 1919 y 1934, Pani desempeñó diversas funciones en el servicio exterior mexicano, residiendo con su familia en ciudades como Amberes, Génova, Milán y París. Su último cargo diplomático fue como representante de México ante la Sociedad de Naciones en Ginebra.

Pani fue autor de varios libros, entre ellos una biografía de su tío Jesús Terán, quien fungió como embajador plenipotenciario de Benito Juárez en Europa durante la intervención francesa, así como una biografía de su hermano, el político y coleccionista Alberto J. Pani. Asimismo, es autor de obras como Ayer, una vida y Tres relatos de sabor antiguo.

A pesar de su carrera diplomática, el ingeniero Arturo Pani tuvo una profunda afición por la fotografía, una pasión que compartió con su hijo Mario, arquitecto reconocido. En 1934, cuando Mario Pani comenzó a trabajar en México en su primera gran obra, el Hotel Reforma, Arturo Pani habilitó una parte de la Casa Pani, en la calle Lieja, como cuarto oscuro para continuar con su afición fotográfica. A partir de entonces, el ingeniero se dedicó a registrar fotográficamente los edificios diseñados por su hijo, capturando no solo la arquitectura, sino también momentos íntimos de la vida cotidiana, reflejando su aprecio por objetos personales, flores y muebles.

En sus primeros años en México, Arturo Pani también administró el despacho de Mario Pani, contribuyendo al archivo personal de su hijo mediante la recopilación de recortes hemerográficos y material fotográfico. A partir de 1938, Pani fue gerente de la revista Arquitectura, una publicación clave para posicionar a Mario Pani como una figura prominente en la arquitectura mexicana.

El Archivo Personal de Mario Pani, custodiado por el Tecnológico de Monterrey, incluye una valiosa colección de catorce álbumes de recortes que documentan su carrera desde que obtuvo el primer premio para ingresar a la Escuela de Bellas Artes de París. Además, Arturo Pani clasificó más de mil negativos del fotógrafo Guillermo Zamora, cuya obra se conserva en los archivos de la familia Pani.

Otros documentos y materiales relacionados con la familia Pani se preservan en diversas instituciones, como la Facultad de Arquitectura de la UNAM, que recibió en 1991 una donación de planos, perspectivas y dibujos, y la Dirección de Arquitectura del INBA, que resguarda planos de gran relevancia histórica (fig. 3).

3. Monumento Nacional dedicado al Emperador Guillermo I de Alemania. Fotografía: Arturo Pani, mayo de 1922. Colección de Vistas Estereoscópicas Arturo Pani Arteaga.

 

4. Colección Artistas de Teatro y Stills Cinematográficos (CAT)

Esta colección, incorporada al Archivo Fotográfico en 2002, está compuesta por un total de 2,656 documentos fotográficos que abarcan diversos formatos y soportes. Además, incluye una variedad de materiales impresos y manuscritos, así como objetos como cuadernos, propaganda, etiquetas, planos, folletos y otros documentos relacionados.

Las fotografías se organizan en tres grandes bloques temáticos: el primero se dedica a retratos de actrices y cantantes (tiples), tanto mexicanas como extranjeras; el segundo bloque corresponde a stills cinematográficos de películas extranjeras, principalmente estadounidenses y alemanas; y, finalmente, se incluye un conjunto de productos comerciales con su respectiva publicidad.

Los retratos de las artistas cuentan con referencias que permiten identificar su origen y el proceso de elaboración. En contraste, los stills, las fotografías cinematográficas y los documentos publicitarios carecen de datos sobre sus autores, aunque la mayoría puede fecharse en la década de 1920.

En general, todos los documentos presentan un sello de la Escuela de Bellas Artes que proporciona información sobre la fecha de registro y el número de identificación. Este sello cumplía la función de registrar la obra y garantizar los derechos de propiedad artística ante la Secretaría de Educación Pública, con el objetivo de prevenir el plagio (fig. 4).

4. Evan Stachino, Compañía Industrial Fotográfica, 1924. Colección Artistas de Teatro y Stills Cinematográficos.

 

5. Colección Grabado Europeo (CGE)

Esta colección formó parte de una amplia investigación emprendida conjuntamente por el IIE y el Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, bajo la dirección del doctor Eduardo Báez Macías y del maestro Jorge Guerra Ruiz. Con su experiencia y conocimiento, ambos investigadores seleccionaron para sus futuros estudios libros y grabados provenientes del acervo de la Biblioteca Nacional. Por su parte, la maestra Judith Puente León, del AFMT, se encargó de las tomas fotográficas y de una primera organización del material.

Entre 1980 y 1992, se generaron 8,524 negativos monocromáticos en formato de 35 mm, que fueron parte de dos publicaciones editadas en 1988 y 1989. En 1998, el doctor Eduardo Báez Macías entregó al archivo estos 8,524 negativos, junto con sus hojas de contacto, resguardados en 264 sobres tamaño carta de papel manila. Las labores de inventario y estabilización del material comenzaron en 2013, y en la actualidad continúan las tareas de digitalización, catalogación y registro.

El material reunido en esta colección es de enorme importancia, tanto por su valor bibliográfico como por su relevancia en la historia del arte. Destaca la composición tipográfica con xilografías originales encontradas en portadas, marcas, colofones, capitulares, así como ilustraciones de textos bíblicos y clásicos. Resulta primordial para el estudio del grabado y de la historia del arte gracias a su lenguaje estético e iconográfico, presente en temas teológicos, apologéticos y científicos (fig. 5).

5. Lámina titulada Lia fait valoir a Jacob les mandragores de son fils. En Bibliorum Sacrorum latinae versiones antiquae, Opera et Studio D. Petri Sabatier, Ordinis Sancti Benedicti, è Congregatione Sancti Mauri, tomus primus, Parissi, ap. Franciscum Didot, ex Regiâ Reginaldi Florentain Rhemensis typographià, 1751. Génesis 30:16. Gabó: Demarne. Colección Grabado Europeo.

 

6. Colección Guillermo Kahlo (CGK)

La Colección Guillermo Kahlo procede del trabajo titulado Templos de propiedad federal (1904-1908) y está compuesta por 427 impresiones en tamaño de 11 x 14 pulgadas: 166 fotografías realizadas por el propio Kahlo y 261 reimpresiones posteriores.

La temática de esta colección incluye vistas arquitectónicas, tanto interiores como exteriores, de iglesias, conventos y exconventos pertenecientes a los periodos novohispano y neoclásico del arte mexicano, localizados en la Ciudad de México, Puebla, Querétaro, Estado de México, Guanajuato y otros estados de la República. El trabajo fotográfico de Guillermo Kahlo fue el más detallado de su época, lo que hace de este material un testimonio histórico de gran relevancia para el estudio de edificios y monumentos que, en algunos casos, han sido modificados o incluso destruidos.

La colección ingresó al Archivo Fotográfico en diferentes etapas. En 1981, el Instituto adquirió 262 fotografías que originalmente pertenecían a Manuel Toussaint. Posteriormente, en 1990, los familiares del maestro Gonzalo Obregón donaron 166 fotografías de Kahlo montadas en tela. A estas adquisiciones se sumaron 2 albúminas y un cianotipo. Finalmente, en 2007 se incorporó otra fotografía montada en tela, donada por Xavier Moyssen. La totalidad del material se encuentra digitalizada en alta resolución y podrá ser consultada en este catálogo. Por la precisión, la composición visual y el esmero técnico de sus imágenes, Guillermo Kahlo puede considerarse el primer gran fotógrafo de la arquitectura mexicana de principios del siglo XX (fig. 6).

6. Cúpula principal de la Catedral de México. Fotografía: Guillermo Kahlo, 1904-1908. Colección Guillermo Kahlo.

 

7. Colección Juan Guzmán (CJG)

La Colección Juan Guzmán forma parte del archivo fotográfico desde 1991. Ésta se conforma por 1,685 fotografías, entre negativos, positivos e impresiones fotográficas vintage, en diversos formatos y técnicas, tanto en blanco y negro como en color.

Juan Guzmán fue el nombre que adoptó el fotógrafo de origen alemán Hans Gutmann durante su estancia en España y su prolongada residencia en México (1939-1982). A pesar de la indiscutible calidad de sus imágenes, Guzmán fue poco conocido tras su fallecimiento debido a la independencia con la que ejerció el fotoperiodismo, así como a su carácter solitario y reservado, lo que propició que se mantuviera alejado del medio fotográfico.

En términos generales, el contenido de la colección corresponde a reproducciones de obras de arte y arquitectura, abarcando desde el periodo prehispánico hasta mediados de la década de 1960. Además, destacan retratos de artistas mexicanos o extranjeros radicados en el país, así como fotografías que muestran escenas de la vida cotidiana. Estos dos últimos conjuntos, si bien menos numerosos, resultan especialmente significativos por su valor histórico y por reflejar la visión del fotógrafo sobre su entorno (fig. 7).

7. Restaurante Los Manantiales, Xochimilco, Ciudad de México. Fotografía: Juan Guzmán, 1958. Colección Juan Guzmán.

 

8. Colección José María Lupercio (CJML)

La Colección José María Lupercio está integrada por 97 impresiones en blanco y negro, en formato 8 x 10 pulgadas. Su temática principal se centra en la pintura mural de Diego Rivera, tanto en el edificio de la Secretaría de Educación Pública como en Chapingo.

José María Lupercio nació en Guadalajara en 1870. Sus primeros estudios fueron de pintura en el taller de Félix Bernardelli, donde coincidió con Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl, además de Rafael Ponce de León y Jorge Enciso. Con el paso del tiempo, Lupercio se inclinó hacia la fotografía, especialmente después de hacerse cargo del taller fotográfico de Octaviano de la Mora. Más tarde se trasladó a la Ciudad de México, donde fue nombrado fotógrafo del Museo Nacional, labor que desempeñó hasta su fallecimiento en 1927 (fig. 8).

8. La maestra rural, edificio de la Secretaría de Educación Pública. Fotografía: José María Lupercio, ca. 1923. Colección José María Lupercio.

 

9. Colección Construcción de Ciudad Universitaria (CKH)

La Colección Construcción de Ciudad Universitaria consta de 965 documentos, en su mayoría impresiones en plata sobre gelatina en formato 5 x 7 pulgadas. Además, incluye un álbum fotográfico dedicado a la Ciudad Universitaria, un libro titulado Murales en la Ciudad Universitaria. Interpretaciones a pluma de Horna, dos folletos —Ciudad Universitaria, 1954 y Ciudad Universitaria de México—, así como un par de artículos periodísticos de 1952 (de Novedades y El Universal). Uno de estos artículos describe los trabajos de construcción, mientras que el otro aborda la inauguración de la estatua monumental del presidente Miguel Alemán en la explanada posterior de la Rectoría.

La mayoría de las fotografías fueron tomadas por el fotógrafo Saúl Molina Barbosa, quien entre 1950 y 1955 trabajó como fotógrafo personal del arquitecto Carlos Lazo Barreiro, documentando sus actividades laborales y personales. Entre 1950 y 1952, el arquitecto Lazo ocupó el cargo de gerente general de Obras de Ciudad Universitaria. Durante estos años, Molina se dedicó a registrar minuciosamente el proceso constructivo de la nueva Ciudad Universitaria, reflejando su interés por la fotografía arquitectónica.

Esta colección también incluye el trabajo de otros fotógrafos, como R. López (de la Comisión Federal de Electricidad), Foto Mayo, Armando Salas Portugal y algunas tomas realizadas por la Compañía Mexicana de Aerofoto S.A.

El corpus fotográfico fue reunido por José Horna, quien hacia 1950 trabajaba en la Gerencia de Relaciones del Departamento de Dibujo de la Ciudad Universitaria. En 1979, la fotógrafa Kati Horna donó esta colección al IIE (fig. 9).

9. Campus Central de Ciudad Universitaria en construcción. Fotografía: Saúl Molina Barbosa, 1950-1951. Colección Construcción de Ciudad Universitaria.

 

10. Colección Manuel González Galván (CMGG) - Serie antigua en vidrio

Esta serie antigua en vidrio ofrece una ventana al pasado de Morelia y sus icónicos edificios, calles, plazas, el acueducto, el Colegio de San Nicolás, la Peluquería "La Violeta", el Hospital Civil y el antiguo Bosque de San Pedro. Asimismo, incluye vistas de Pátzcuaro, su gran plaza un 8 de diciembre, procesiones, el lago con sus canoas, comerciantes indígenas durante sus vendimias, así como una enigmática imagen fuera del contexto michoacano: la antigua casa del emperador Maximiliano en Acapatzingo. Se trata de imágenes únicas en soportes frágiles, negativos muy antiguos en placa seca de gelatina sobre vidrio, previos a las películas en soporte de acetato. Constituyen ejemplos valiosos para comprender la historia de la fotografía en Michoacán en los primeros años del siglo XX, anteriores a 1910.

Este conjunto está compuesto por 74 negativos en blanco y negro de diversos formatos, donados al AFMT en el año 2000 por el arquitecto Manuel González Galván, moreliano ilustre, académico del IIE, investigador de arte virreinal y gran defensor del patrimonio artístico.

González Galván fue un destacado fotógrafo de arquitectura que ilustró sus clases, libros y artículos con sus propias tomas. Conocedor del valor histórico de las imágenes y de la fotografía, González Galván publicó Morelia. Ayer y hoy (UNAM-IIE, 1993), inspirado en fotografías estereoscópicas del siglo XIX sobre su ciudad, las cuales reprodujo idénticamente en 1991.

El Archivo Fotográfico resguarda hoy parte de su legado fotográfico, del cual esta serie antigua es un elocuente testimonio (fig. 10).

10. Colegio de San Nicolás, Pátzcuaro. Fotógrafo no identificado, 1900-1910. Colección Manuel González Galván.

 

11. Colección Michel Zabé (CMZ)

El fondo fotográfico de Michel Zabé, fotógrafo francés avecindado en México, comprende 102,274 imágenes que dan cuenta de su amplia trayectoria profesional. Llegado a México a finales de la década de 1960, Zabé transitó de la fotografía publicitaria hacia la especialización en la reproducción de obras artísticas y objetos culturales, desarrollando un estilo singular que ha sido clave para la documentación visual del arte y la cultura en el país.

La colección, incorporada formalmente al AFMT el 3 de febrero de 2012, es uno de los fondos más valiosos para el estudio de la fotografía contemporánea y la preservación del patrimonio visual mexicano. Está organizada en diversas categorías que reflejan la evolución técnica del fotógrafo y la diversidad de sus proyectos:

  1. Formatos mayores (5 x 7 y 4 x 5 pulgadas): Utilizados principalmente en proyectos editoriales y de gran escala, estas imágenes destacan por su calidad técnica, a menudo reproducidas en libros, catálogos y exposiciones.
  2. Fotografías Polaroid (4 x 5 pulgadas): Con la película Polaroid, Zabé aseguraba el control de la exposición, el encuadre, la iluminación y la temperatura de color. Aprovechaba los bordes blancos y el reverso de las instantáneas para anotar fechas, lugares, títulos, conceptos y firmas, generando una simbiosis entre texto e imagen.
  3. Diapositivas en 35 mm: Ofrecen una mirada detallada a tomas realizadas en museos, sitios arqueológicos, exposiciones y otros escenarios culturales.
  4. Fotografía digital: En los últimos años de su carrera, Zabé experimentó con la fotografía digital, explorando nuevas formas de composición, edición y producción de la imagen (fig. 11).

11. Señor de Ozuluama, Museo de Antropología de Xalapa. Fotografía: Michel Zabé, 1998. Colección Michel Zabé.

 

12. Colección Sillería de San Agustín (CSSA)

La Colección Sillería de San Agustín está integrada por 245 imágenes, incluyendo ampliaciones fotográficas, negativos, impresiones fotomecánicas y dibujos. Estas obras fueron recuperadas a partir de una monografía en dos volúmenes, cuya primera edición fue publicada por el IIE de la UNAM.

En 1936, tras la fundación del Instituto, se contrató a la fotógrafa Lola Álvarez Bravo para registrar la Sillería del Coro de la Antigua Iglesia de San Agustín. Este trabajo dio lugar a una serie de fotografías que documentan escenas bíblicas talladas en madera de nogal por artesanos mesoamericanos durante la época colonial.

La colección también incluye fotografías de Luis Márquez Romay y Arturo Ruiseco, así como dibujos de Justino Fernández, que ilustran la disposición de los sitiales y la ubicación de la Sillería en el Salón de Actos "El Generalito", dentro del Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Estas imágenes constituyen un valioso testimonio del arte virreinal y del quehacer artesanal, reflejando la riqueza iconográfica y simbólica de las tallas en madera, así como las diversas miradas fotográficas que las registraron (fig. 12).

12. Grupo central de la sillería del Coro del Convento de San Agustín. Fotografía: Lola Álvarez Bravo, abril de 1936. Colección Sillería de San Agustín.

 

13. Colección Tina Modotti (CTM)

La Colección Tina Modotti consta de 115 fotografías, en su mayoría en formato de 8 x 10 pulgadas. De este total, 110 imágenes corresponden a obra de Diego Rivera y 5 a murales de José Clemente Orozco.

Esta colección posee una doble relevancia documental, pues se trata de fotografías originales impresas por la propia Tina Modotti y, además, fueron tomadas en fechas muy cercanas a la realización de los murales, entre 1926 y 1930.

El estrecho vínculo que Modotti estableció con los muralistas explica el origen de estas imágenes. En el caso de los murales de Rivera en Chapingo, la fotógrafa aparece como protagonista en algunos tableros, así como en el mural titulado "Entrega de armas" de la Secretaría de Educación Pública.

Modotti logró integrar los frescos dentro de sus planos generales, no sólo registrando los paneles, sino enmarcándolos en su contexto arquitectónico. En tomas más cercanas, resaltan las alegorías y los símbolos del combate social y sindical. Sus fotografías constituyen valiosos documentos que muestran su interés por representar al obrero, al campesino y a las mujeres trabajadoras, poniendo de manifiesto su lucha colectiva por la igualdad social (fig. 13).

13. El que quiera comer que trabaje, edificio de la Secretaría de Educación Pública. Fotografía: Tina Modotti, 1927-1929. Colección Tina Modotti.

 

14. Fondo Proyecto Pintura Mural Prehispánica en México (LPMPEM)

El Fondo Proyecto Pintura Mural Prehispánica en México es resultado del registro fotográfico realizado por este proyecto en diversos sitios arqueológicos del Altiplano Central Mexicano, el área Maya, los Valles Centrales de Oaxaca y la Costa del Golfo, desde 1990 hasta la actualidad.

La sección analógica (soporte de acetato de celulosa) consta de 50,000 imágenes en blanco y negro y color, en diferentes formatos: negativos de 35 mm, diapositivas de 35 mm, así como de 6 x 7 cm y 4 x 5 pulgadas. La sección digital integra 100,000 tomas directas in situ.

Este corpus fotográfico registra murales completos y detalles de las escenas creadas por artistas prehispánicos en muros, bóvedas, taludes y otros elementos arquitectónicos precolombinos. Su contenido resulta esencial para el estudio y análisis de la pintura mural prehispánica, además de ser un testimonio invaluable de murales que hoy han desaparecido a causa del vandalismo, el saqueo y diversos procesos de deterioro.

En 1990, la doctora Beatriz de la Fuente fundó el proyecto LPMPEM en el IIE de la UNAM, con el objetivo de estudiar y contribuir a la conservación de la pintura mural prehispánica. La fotografía ha sido, desde entonces, una herramienta fundamental para el registro del patrimonio cultural, así como una fuente de información y un medio de conservación. A lo largo de 34 años, el proyecto ha contado con el apoyo de la DGAPA-UNAM y del CONACyT. Actualmente, la doctora María Teresa Uriarte Castañeda es la titular del proyecto (fig. 14).

14. Representación de un cánido con tocado de plumas en el talud del muro oriente del pórtico 2 del Patio Blanco. Atetelco, Teotihuacán. Fotografía: Ricardo Alvarado Tapia, 2006. Proyecto "La pintura mural prehispánica en México".

 

15. Colección Vicente Cortés Sotelo (CVCS)

Vicente Cortés Sotelo (1893-1966), cinefotógrafo nacido en la Ciudad de México, partió a temprana edad hacia Ciudad Juárez, donde se unió al movimiento revolucionario, sirviendo en la División del Norte junto a Maclovio Herrera y Manuel Ochoa. Al finalizar la Revolución, se integró al ejército, específicamente a la Fuerza Aérea Mexicana, lo que le permitió capturar imágenes aéreas y documentar los años dorados de la aviación nacional.

Cortés fue cercano al poder político, principalmente durante los gobiernos de Plutarco Elías Calles, Pascual Ortiz Rubio y Manuel Ávila Camacho, a quien acompañó durante su campaña presidencial. Además, trabajó como oficial del Departamento de Tránsito, siendo uno de los primeros motociclistas, y a partir de 1944 se integró al noticiario España-México-Argentina.

Las imágenes custodiadas en el AFMT corresponden exclusivamente al periodo de 1915 a 1945, aunque se sabe que Cortés continuó trabajando hasta aproximadamente 1953, cuando un accidente sufrido tras filmar el volcán Paricutín deterioró su salud.

El fondo está conformado por 108 negativos panorámicos, 5,859 negativos de varios tamaños, 1,351 impresiones fotográficas, así como 28 cintas fílmicas, 5 dibujos, 59 documentos y 3 cámaras fotográficas. Los principales temas de esta colección se centran en ciudades de la República Mexicana, política, ejército, aviación, policía, tránsito y las corridas de toros. Este conjunto fue recibido en el IIE en dos donaciones, realizadas en 2012 y 2018, respectivamente (fig. 15).

15. El policía de tránsito. Vicente Cortés Sotelo en motocicleta Harley Davidson, s/f. Fondo Vicente Cortés Sotelo.

 

 

Bibliografía

"Plan para establecer un 'Laboratorio de Arte' análogo al que existe en la Universidad de Sevilla", 20 de diciembre de 1934, Caja 04, expediente 01, foja 1, Archivo Histórico y de Investigación Documental "Eduardo Báez Macías", Serie Correspondencia, Ciudad de México.

"Proyecto para impulsar el Laboratorio de Arte", 15 de abril de 1936, Caja 02, expediente 01, Foja 30, Archivo Histórico y de Investigación Documental "Eduardo Báez Macías", Serie Informes, Ciudad de México.

"Comunicación personal de Manuel Toussaint", 1937, Caja 04, expediente 12, Archivo Histórico y de Investigación Documental "Eduardo Báez Macías", Ciudad de México.

"Informe de trabajo de la Dra. Clementina Díaz de Ovando", 20 de septiembre de 1944, Caja 12, expediente 07, foja 1, Archivo Histórico y de Investigación Documental "Eduardo Báez Macías", Serie Correspondencia Dirección, Ciudad de México.

Una memoria de 75 años, 1935-2010: El instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM (México: UNAM-Instituto de Investigaciones Estéticas, 2010).

 

 

Inserción en Imágenes: 3 de abril de 2025.

 


[*] Este artículo y el catálogo que se describe en él fueron publicados gracias al programa UNAM-PAPIIT IA400623: "Documentación, control terminológico y catalogación del patrimonio fotográfico del Archivo Fotográfico Manuel Toussaint del Instituto de Investigaciones Estéticas".