
Danza contemporánea. En la historia de la danza mexicana, pocas figuras profesionales han llenado toda una época básica del desarrollo artístico en México. Éste es el caso de Guillermina Bravo, quien, de bailarina preparada en el ámbito de la Escuela Nacional de Danza, pasó a fundar, junto con otros bailarines, el Ballet Nacional de México (1948). Desempeñó las múltiples tareas de bailarina, coreógrafa, maestra, organizadora, técnica de la escena, e inauguró en Santiago de Querétaro el Centro Nacional de Danza Contemporánea. Fallecida el 6 de noviembre de 2013, su enorme y variada laboriosidad comienza a ser evaluada y reconocida de nueva cuenta.