Oscar Niemeyer: la expresiva modernidad

Louise Noelle*
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Niemeyer, Iglesia de San Francisco de Asís. Foto: Louise Noelle

Oscar Niemeyer, Iglesia de San Francisco de Asís, Pampulha, Belo Horizonte, Brasil. Foto: Louise Noelle.

Los diversos movimientos que promovían una arquitectura moderna en el vasto territorio de la América Latina se iniciaron en el primer tercio del siglo XX. Mostraban, en principio, la búsqueda de una expresión propia. Resulta interesante observar cómo la figura de Le Corbusier adquirió, en tal contexto, un papel preponderante en el desarrollo de esta nueva actitud. Sus ideas y logros tuvieron una gran influencia en nuestro continente;[1] por ello, no sorprende demasiado la presencia de Le Corbusier, primero en Argentina, Uruguay y Brasil en 1929, y unos años después, nuevamente en Río de Janeiro: fue invitado por Lucio Costa a participar en los trabajos del proyecto del Ministerio de Educación y Salud, donde resultaron fundamentales las colaboraciones de jóvenes arquitectos como Oscar Niemeyer.

Oscar Soares Filho Niemeyer nació en Río de Janeiro en 1907; en esa ciudad estudió arquitectura en la Escuela de Bellas Artes, siendo director de la escuela el propio Lucio Costa, quien en 1930 reformó la educación para favorecer las enseñanzas en torno a las vanguardias europeas. Por ello no resulta fortuito que Niemeyer forme parte del equipo del Ministerio de Educación y Salud, 1937-1943, con Costa, Affonso Eduardo Reidy, Carlos Leao y Jorge Machado Moreira; todos contaban con la asesoría de Le Corbusier. Con Costa también diseñó el multifotografiado Pabellón de Brasil en la Feria Mundial de Nueva York, 1939.
 

Niemeyer, Palacio Legislativo, Brasilia. Foto: Louise Noelle.

Oscar Niemeyer, Palacio Legislativo, Brasilia. Foto: Louise Noelle.

Cuando el alcalde de Belo Horizonte Juscelino Kubitschek invita a Niemeyer a diseñar algunos proyectos para el nuevo desarrollo urbano de Pampulha, 1942-1944, aparece ya un estilo personal de una gran combinación de fuerza y sensualidad. Esta serie de edificios le ganó fama internacional. Se trata de la iglesia de Sao Francisco de Assis, con los conocidos mosaicos de Candido Portinari; el Club de Yates, el Casino que hoy en día funge como Museo y la Casa de Baile, así como diversas residencias diseminadas en la zona. Por esa misma época realiza el Grande Hotel d´Ouro Preto, 1938-1940, en donde ofrece toda una lección de respeto hacia el entorno colonial.

En 1947, con Le Corbusier y Sven Markelius, se concentra en el diseño del conjunto para las Naciones Unidas, en Nueva York: este trabajo refrenda la fama internacional que ya había adquirido. El número de obras diseñadas desde entonces por Niemeyer resulta realmente notorio y sorprendente: ha recorrido un largo, brillante trecho tanto en América como en Europa. Sus actitudes políticas, por otra parte, señalan su postura de preocupación social en torno al bienestar de las mayorías y su idea de la arquitectura como ejercicio de búsqueda en bien de todos los grupos humanos.
 

Niemeyer. Foto Noelle 03

Oscar Niemeyer, Casa Niemeyer, Río de Janeiro. Foto: Louise Noelle.

En su natal Río de Janeiro construye buen número de residencias, destacando la suya en Canoas, 1953, así como edificios comerciales y el Hospital Sul América, 1952. También en la cosmopolita ciudad de Sao Paulo realiza un importante conjunto de edificios en el Parque Ibirapuera, 1951, donde el diseño de los jardines corrió a cargo del conocido paisajista Roberto Burle Marx, quien ya había participado en otras de sus obras; se trata, entre otras, del museo que alojará bianualmente a la famosa Bienal de Sao Paulo.

No es de extrañar que, a pesar de haber perdido el concurso para la nueva capital, Brasilia, ante Lucio Costa, Juscelino Kubitschek, presidente de Brasil, lo haya invitado a proyectar las principales edificaciones gubernamentales entre 1956 y 1964; en esta ocasión, nuevamente Burle Marx colabora en el diseño de una acertada arquitectura de paisaje. De esta manera, además de los bloques regulares de los diversos ministerios, Niemeyer realizó algunos edificios especialmente atractivos como el Congreso Nacional, el Palacio de Planalto o de Gobierno y la Suprema Corte en torno a la Plaza de los Tres Poderes; resultan también de gran interés el Palacio de Itamaratí y el Ministerio de Justicia, el Palacio da Alvorada, la Catedral, el Teatro Nacional, el Estadio, el Aeropuerto y la Universidad de Brasilia, entre muchos otros. En suma, se puede considerar que tal y como la conocemos, esta ciudad, próximamente cincuentenaria, resulta realmente obra de Niemeyer.

Para 1965 se dedica a realizar proyectos y obras en Europa y África: en París, construye la sede del Partido Comunista, 1966; en Le Havre, el Centro Cultural, 1972; en Milán, la Editorial Mondadori con Luciano Pozzo, 1968, así como el Plan Urbano de Algiers y la Universidad de Constantina, 1968-1969. Todas son obras categóricas y poderosas que le valieron un bien merecido reconocimiento y numerosos premios como el Pritzker, en 1987, el Príncipe de Asturias, en 1989, el Premio UNESCO de la Cultura, en 2001, el Premio Imperial de Japón, en 2004, y la Orden de las Artes y las Letras de España, en 2009. Estos galardones culminaron con el título de Arquitecto del Siglo XX otorgado por el Consejo Superior del Instituto de Arquitectos de Brasil, en 2001.
 

Niemeyer, Edificio de Oficinas, Belo Horizonte. Foto: Louise Noelle

Oscar Niemeyer, Edificio de Oficinas, Belo Horizonte. Foto: Louise Noelle.
 

Niemeyer, Museo en Sao Paulo. Foto: Louise Noelle

Oscar Niemeyer, Museo en el Parque Ibirapuera, Sao Paulo. Foto: Louise Noelle.

Su obra continuó desarrollándose ejemplarmente en Brasil, donde construyó buen número de obras de vivienda y oficinas, así como el controversial conjunto del Memorial de América Latina en Sao Paulo, 1988-1989. Recientemente diseñó varios museos en Brasil, mismos que llaman la atención por sus volúmenes audaces, como el interesante Museo de Niteroi, 2000-2001, que se posa sobre la Bahía de Guanabara frente a Río de Janeiro, y el Museo Oscar Niemeyer en Curitiba, 2002. De igual manera, destaca el Centro Internacional Oscar Niemeyer en Avilés, España, donde este arquitecto demuestra una vez más su espíritu indomable y provocador; esta obra fue inaugurada en 2011.

Frente a la vida y la obra de Niemeyer nos encontramos ante uno de los grandes arquitectos del movimiento moderno, creador y asimismo iniciador de un lenguaje original y de una gran fuerza expresiva, cuyas raíces provienen de la arquitectura brasileña tradicional. Niemeyer jamás desaprovechó las nuevas tecnologías y supo mirar de frente el futuro. Fue un creador siempre interesado en la expresividad carioca y asimismo ciudadano de un mundo globalizado. Supo demostrar que en los elementos locales se encuentra la verdadera y auténtica forma del ser universal.

Oscar Niemeyer falleció a los 104 años, el 5 de diciembre de 2012.
 

Niemeyer, Catedral, Brasilia. Foto: Louise Noelle

Oscar Niemeyer, Catedral, Brasilia. Foto: Louise Noelle.
 

Bibliografía mínima

–Botey, Josep María, Oscar Niemeyer, Gustavo Gili, Barcelona, 1990.

–Luigi, Gilbert, Oscar Niemeyer, une esthétique de la fluidité, Parenthèses, Marseille, 1987.

–Oscar Niemeyer, Fundació Caixa Barcelona, Barcelona, s. f.

 

* Investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM.

 

Inserción en Imágenes: 06.12.12.

Imagen de portal: Oscar Niemeyer, Iglesia de San Francisco de Asís, 1943, Pampulha, Belo Horizonte, Brasil. Foto Louise Noelle.

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[1] Una de las publicaciones más influyentes de Le Corbusier fue Vers une architecture, de 1923. Cabe agregar que Le Corbusier escribió para 1930 Precisions, donde recoge su viaje a Sudamérica.