Homenaje a Pedro Ramírez Vázquez (1919-2013)

Javier Ramírez Campuzano*
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Tlatelolco. Foto: Archivo PRV

Secretaría de Relaciones Exteriores, 1965, Tlatelolco, Ciudad de México. En colaboración con Rafael Mijares, Bernardo Uribe y Víctor Lara. Foto: Archivo Pedro Ramírez Vázquez.
 

Ciudadano secretario de Educación Pública, licenciado Emilio Chuayffet.

Ciudadano presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, licenciado Rafael Tovar y de Teresa.

Estimados miembros del presidium.

Querida familia, gracias por el honor de representarles.

Estimados todos.

Derivado de su formación familiar y de los libros, su único apego material, Pedro Ramírez Vázquez comprendió que la razón de ser de México se sustenta en la memoria de su pasado que a manera de estructura sostiene y da coherencia a nuestra vida presente y a su voluntad de expresión. Pudo así, sin ideas preconcebidas, con procesos creativos únicos de su sensibilidad expresarlo en el ejercicio de su profesión y de sus responsabilidades; en la enseñanza, en la construcción de escuelas, de espacios culturales, de culto, de trabajo y deportivos, en la creación de una universidad, en la organización de Juegos Olímpicos, en el diseño gráfico y en la planeación de los asentamientos humanos, por ello ninguna realización tuvo el sabor de lo conseguido en la vida sino el carácter de que es posible seguir proponiendo y avanzando, así avanzó siempre hasta un día antes de morir revisando el texto de un libro de Urbanismo. Quiso y pudo no sólo expresar, sino enriquecer sus responsabilidades con trabajo y soluciones de  excelencia.

Como maestro no se cegó al pragmatismo de transmitir conocimiento para nutrir la creatividad, ya que eso no tiene valor si ese conocimiento está desprovisto del humanismo para llevar la educación a la formación de la conducta. Transmitió como maestro  conocimiento y  ejemplo de conducta exigiendo siempre a sus alumnos sentido de responsabilidad.
 

Aula: Foto: Archivo PRV

Aula-casa rural para el CAPFCE, 1960-1964. Se edificaron treinta y cinco mil aulas en todo el país. Foto: Archivo Pedro Ramírez Vázquez.

En la construcción de escuelas supo captar la enorme necesidad de llevar la educación a todos los rincones del país con una solución, el aula rural, adaptable a las innumerables condiciones geográficas y sociales de nuestro territorio.

Como constructor de museos supo visualizarlos para enfocarlos, ya no sólo como lugar de exposición, sino como recintos para complementar la educación extraescolar, y al mismo tiempo expresar con dignidad y respeto aquello que se exhibe, dejando constancia de esto en museos y pabellones en África, América y Europa.

Este gran museo, decretado Monumento Nacional es un claro ejemplo que nos identifica, distingue y proyecta.
 

Museo de Antropología. Foto: PRV

Museo Nacional de Antropología, 1963-1964, Bosque de Chapultepec, Ciudad de México. En colaboración con Rafael Mijares y Jorge Campuzano. Foto: Archivo Pedro Ramírez Vázquez.

 

Templo Mayor. Foto: A-PRV

Museo del Templo Mayor, 1987, Centro Histórico, Ciudad de México. En colaboración con Javier Ramírez Campuzano. Foto: Archivo Pedro Ramírez Vázquez.

Él veía las cosas con una visión global y no particular como encargo de un trabajo específico, veía un problema, al que había que darle solución colectiva.

Para la organización de los Juegos Olímpicos, entendió su origen  en la cultura griega que otorgó a la civilización un modo de conducir la vida basado en la igualdad y dignidad, la Democracia. Sistema que entendieron los helenos como libertad constante de expresión, de lucha entre iguales para sobresalir y ganar una corona de olivo, símbolo de esfuerzo, de constancia, de voluntad, de perfección de cuerpo y espíritu.

Los Juegos Olímpicos de México se debían nutrir de ese espíritu y alimentarse en el pensamiento que el deporte es parte de la educación con la que se estrechan los lazos de amistad y buena voluntad. Así el deporte vivifica y resplandece la democracia, por ello, rescató y enriqueció además, el programa cultural, para que los jóvenes tuvieran mayores lazos de comunicación e identidad ya que en esa época surgió la juventud como una nueva fuerza social con motivaciones que no reconocieron fronteras. Ante las dudas de los jóvenes, debía darse un testimonio de credibilidad en el país. Los juegos se realizaron con éxito rotundo proyectando con una imagen gráfica de identidad nacional vanguardista un México moderno y  capaz  en un año convulsionado. La Ruta de la Amistad es testimonio de este evento, legado del que fue su deseo que pudiera ser decretado Patrimonio Artístico de la Nación.

Otro reto colectivo fue la Basílica de Guadalupe donde resolvió el problema de dar fluidez a millones, sí, millones de visitantes sin problemas de ventilación, isóptica y acústica. En la Cámara de Diputados proyectó un recinto a la altura que nuestras leyes reclaman generando la oportunidad para una traza urbana que comunique a través de un eje, el de la calle de Corregidora con el Poder Ejecutivo y el Judicial. El Proyecto de ampliación de la Cámara de Diputados fue su último proyecto arquitectónico institucional terminado, por encomienda de la mencionada Cámara. Al día de hoy es un proyecto pendiente y vigente.
 

Basílica. F: A-PRV

Basílica de Santa María de Guadalupe, 1975, Ciudad de México. En colaboración con José Luis Benlliure, Alejandro Schoenhofer, Gabriel de la Mora y Javier García Lascurain. Foto: Archivo Pedro Ramírez Vázquez.

Este proyecto además, coadyuva al rescate y revitalización del Centro Histórico de la ciudad de México. Él veía no sólo el costo de las obras, veía el costo social de no hacerlas.
 

Cámara Baja. F: A-PRV

Congreso de la Unión, 1980-1981, Ciudad de México. En colaboración con David Muñoz, Jorge Campuzano y Pedro Beguerisse. Foto: Archivo Pedro Ramírez Vázquez.

Al crear la Universidad Autónoma Metropolitana la concibió de origen para descentralizar la educación superior con unidades en diferentes puntos de la ciudad, con un sistema trimestral, creando las carreras que demandan las necesidades del país, “Casa Abierta al Tiempo”.

El Urbanismo lo concibió como la planeación y ordenamiento de los espacios donde la gente construye su vida y la necesidad de orientar la planeación con espacios dignos para estimular la convivencia, en ese sentido supo llevar sus planteamientos a Jerusalén donde aportó conceptos para dar solución a la convivencia entre personas de los principales credos religiosos, a planificar Dodoma, nueva capital de Tanzania. Supo con ese humanismo presidir el Comité Pro-Defensa de la Minoría Judía en la ex Unión Soviética, supo hacer que las entonces dos Alemanias compitieran en la Olimpiada bajo una misma bandera, supo cabildear para que se expulsara a Sudáfrica del Movimiento Olímpico por su política racista, supo muchas cosas, exportó sus principios apoyados en ideología y pragmatismo mexicano, por ello es figura universal, no arquitecto internacional, razón por la cual gobiernos, organismos e instituciones de todo el mundo lo condecoraron, reconocieron,  distinguieron, y aplaudieron su gran sencillez. Pero su principal legado personal fue dejar una familia unida.

Son muchas más las obras y recuerdos que dejó que no llenan su vacío pero es más el orgullo de su legado que no se vacía sin su presencia.
 

Museo de Arte. F: A-PRV

Museo de Arte Moderno, 1963-1964, Bosque de Chapultepec, Ciudad de México. En colaboración con Rafael Mijares. Foto: Archivo Pedro Ramírez Vázquez.
 

Estadio. F: A-PRV

Estadio de Futbol Azteca, 1965, Ciudad de México. En colaboración con Rafael Mijares y Luis Martínez del Campo. Foto: Pedro Rámirez Vázquez.

Su pasión fue su trabajo, su motivación, su familia y su ambición servir a México.

Por último y en su nombre y representación desde donde quiera que esté mi padre, con sus palabras les vuelve a expresar por mi conducto:

“Considero con reconocimiento y respeto que en los equipos en que he actuado han sido esenciales la formación y la vida familiar, los maestros con la preparación académica, los compañeros y colegas que con su estímulo y colaboración alentaron múltiples aspiraciones, los funcionarios que, con su comprensión, hicieron posibles muchas realizaciones y todos los maestros de la vida diaria, entre los que se cuentan, seguramente por miles, los albañiles y los artesanos que me enseñaron y me guiaron con su sensibilidad, en mi trabajo cotidiano.”
 

Sevilla. Foto: Louise Noelle

Pabellón de México en la Exposición Universal de Sevilla, 1992, Sevilla, España. En colaboración con Javier Ramírez Campuzano y Andrés Giovanini. Foto: Louise Noelle.

 

*Arquitecto y codirector de Ramírez Vázquez y Asociados.

 

Inserción en Imágenes: 03.06.13

Imagen de portal: Museo Olímpico, 1989-1993, Lausana, Suiza. En colaboración con Jean Pierre Cahen. Foto: Archivo Pedro Ramírez Vázquez.

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